Para seguir este análisis deberíamos entonces hacer antes una aclaración fundamental: definamos DATO e INFORMACIÓN.
Según dice Laura Giacosa, coordinadora del posgrado en Análisis Estratégico e Inteligencia Competitiva de la Universidad de Belgrano, “los datos son un conjunto de factores objetivos sobre hechos de la realidad. Por lo tanto el proceso de seleccionar determinados datos del conjunto disponible ya implica la mirada y el filtro de quien lo realiza. Los datos describen únicamente una parte de lo que ocurre en la realidad. Se dice que los datos no proporcionan juicios de valor”. “Los datos no dicen nada sobre el por qué de las cosas. Entonces no son orientativos para la acción. Necesitamos más que datos para decidir y actuar.”
La INFORMACIÓN es básicamente un mensaje, dice Laura Giacosa. “Sin embargo, como nos indica la etimología de la palabra (informar es "dar forma a"), la información tiene como objetivo cambiar la forma en que el receptor percibe algo. Por lo tanto, es capaz de impactar sobre sus juicios de valor y su comportamiento.”
“A diferencia de los datos, la información tiene significado. No sólo puede formar al que la recibe, sino que está organizada para algún propósito. Los datos se convierten en información cuando su creador les añade significado.”
Bien, nos dedicamos a informar. Y esa información, que nos quede claro, es tan sólo UNA forma de tantas (para quien trabaja en los medios periodísticos en este dar forma participan los editores/jefes que siguen un enfoque prefijado) Uno espera entonces que esa forma elegida sea abarcativa, criteriosa, estimulante, etc.
¿Y la ética?
Bueno, para mí, la ética está a dos niveles:
- en cómo procedemos, tratando de ser muy sigilosos (gracias Cartier-Bresson!) tal que al tomar una foto no modifiquemos los hechos por el hecho de levantar una cámara y apuntar –mucho menos acomodar, modificar, sugerir intencionalmente.
- Y en promover la multiciplidad de opiniones y enfoques, sin creernos tener la razón.
Si ya no nos creemos –emisores o comunicadores y receptores o lectores- el verso de que existe la verdad -disfrazada de objetividad- y por lo tanto le damos a la fotografía el lugar de “descanso” que merece (luego de haber sido utilizada primero por el Positivismo y luego por el Poder Corporativo, según cree John Berger, ver apartado) podríamos entonces dar paso a la subjetividad (como planteo aquí) y permitir enfoques menos estilo norteamericanos –que priman los datos- para enriquecernos con algo más europeo –que vale lo que siente el reportero gráfico (véase la "Estética Europea en Fotoperiodismo")